Cero Coma Nadie

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Argentina
Un programa que tranquilamente puede ser elegido como el mejor programa de rock, de tango, de heavy metal, de gotic metal, de música clásica, o de folklore. Un programa que tranquilamente puede ser elegido como el mejor programa de cine, poesía, teatro, literatura universal e historia. Pero como todo eso junto no existe en ningún rubro, y como el premio a la mejor producción siempre se lo lleva el peronismo y la unión industrial argentina, entonces nos mandamos el chistecito de hacer con todo eso un programa periodístico bien original como el cd virgen y los profilácticos usados. No hay consigna. No hay premios para los oyentes. No salimos en Vagina 12, ni en Klarin, ni somos amigos de Neustadt ( justo se murió el día del periodista!!!) No ganamos ningún premio, excepto ser el Mejor Programa Periodístico del País. No creemos en la Democracia. No creemos en la Dictadura. No creemos en la Revolución de las Masas ( facturas abstenerse) Solo creemos en Cero Coma Nadie. Y eso, que no nos tomamos muy en serio. A ver si todavía, sale en el examen de alcoholemia!!! No nos votes. Escuchanos.

viernes

Cero coma nada

Lo que hay es la ausencia de clase.
ojo que no hablamos de clase alta, o clase media
o de diferentes clases de nada.
Porque incluso los piojos de un linyera
pueden tener clase.

No,
no estamos hablando de ese tipo de clase
La clase
es la risita mientras se cae el techo
No está en las canchas de tenis
en los estudios jurídicos
en las oficinas públicas
en los consultorios de los asesinos legales

No,
no estamos hablando de ese tipo de clase
Sino de esa clase de idiotas con anteojos oscuros
que hablan por celular
en algún parque alfombrado
que tienen el mismo interés
para la cuestión
que la mierda de rata

Lo que abunda aquí
es la falta de clase
solo hay maricones
que lloran por cada segundo que empieza
que se acostumbran a cada centímetro
nuevo de pija.

Y no estamos hablando de homosexualidad

Clase es el chistecito
antes de que explote la bomba
es esperar la hoja de la guillotina
apretando una melosa carcajada

Clase es atravesar catástrofes
guerras y desgracias con un vodka en la mano
y que no se derrame una sola gota

Es ver el costado gracioso de la situación
cuando uno está tirado en alguna vereda
con las tripas en la mano

Es cederle el asiento a la vieja
que le paga a la policía para que te mate

Es no conocer el nombre del homosexual
que te gobierna.

Y dale con la homosexualidad!!!

Es reconocer las trampas, llamar al jugo de la mujer
Ahí está la cuestión.

Clase es ser capaz de pronunciar las consonantes
después del primer litro de ginebra
saber usar lo único bueno que aprendiste en la escuela
y leer los libros necesarios.

Es pedirle al verdugo que sea cuidadoso y no te ensucie la ropa
Es sacar el pasaje para uno solo al infierno
Es decirle a Dios que en su cielo
hay un poco de olor a mierda.
Es no soportar la erosión por algún polvo raquítico

Clase es que no te mate la policía
es contribuir diarimente con tu martillo minúsculo
a la destrucción de esta inmundicia.

Es preguntarle a la desgracia si no quiere llevarse algo más
Que este montón de sueños
Tristemente derrotados

Hasta la burguesia siempre

El capitalismo ya no se basa en la producción, que relega frecuentemente a la periferia del tercer mundo, incluso bajo las formas complejas del textil, la metalurgia o el petróleo. Es un capitalismo de superproducción. Ya no compra materias primas y vende productos terminados: compra productos terminados, o monta piezas.
Lo que quiere vender son servicios, y lo que quiere comprar son acciones. Ya no es un capitalismo para la producción, sino para el producto, es decir para la venta y para el mercado.
Así, es esencialmente dispersivo, y la fábrica ha cedido su lugar a la empresa. La familia, la escuela, el ejército, la fábrica ya no son lugares analógicos distintos que convergen hacia un propietario, Estado o potencia privada, sino las figuras cifradas, deformables y transformables, de una misma empresa que sólo tiene administradores.
Incluso el arte ha abandonado los lugares cerrados para entrar en los circuitos abiertos de la banca. Las conquistas de mercado se hacen por temas de control y no ya por formación de disciplina, por fijación de cotizaciones más aún que por baja de costos, por transformación del producto más que por especialización de producción.
El servicio de venta se ha convertido en el centro o el “alma” de la empresa,
Se nos enseña que las empresas tienen un alma, lo cual es sin duda la noticia más terrorífica del mundo. El marketing es ahora el instrumento del control social, y forma la raza impúdica de nuestros amos. El control es a corto plazo y de rotación rápida, pero también continuo e ilimitado, mientras que la disciplina militar era de larga duración, infinita y discontinua.
El hombre ya no es el hombre encerrado, sino el hombre endeudado. Es cierto que el capitalismo ha guardado como constante la extrema miseria de tres cuartas partes de la humanidad: pero también sabe que hay demasiados pobres para la deuda, y demasiado numerosos para el encierro.

martes

No hay peor ciego que quien no quiere oir

Tan sólo el pasado mañana nos pertenece. Algunos nacen de manera póstuma.

Hay que ser honesto hasta la dureza en cosas del espíritu incluso para soportar simplemente la seriedad, la pasión. Hay que estar entrenado en vivir sobre las montañas Hay que haberse vuelto indiferente, hay que no preguntar jamás si la verdad es útil, si se convierte en una fatalidad para alguien...

Oídos nuevos para una música nueva. Ojos nuevos para lo más lejano. Una conciencia nueva para verdades que hasta ahora han permanecido mudas. Y la voluntad de economía de gran estilo: guardar junta la fuerza propia, el entusiasmo propio... El respeto a sí mismo; el amor a sí mismo; la libertad incondicional frente a sí mismo...

Vivir con una dejadez inmensa y orgullosa; siempre más allá. - Tener y no tener, a voluntad, nuestros afectos, nuestros pro y contras, condescender con ellos, por horas; montarnos sobre ellos como sobre caballos.


Reservarnos nuestras trescientas razones delanteras, también las gafas negras: pues hay casos en los que a nadie le es lícito mirarnos a los ojos, y menos aún a nuestros “fondos”. Y elegir como compañía ese vicio granuja y jovial, la cortesía. Y permanecer dueños de nuestras cuatro virtudes: el valor, la lucidez, la simpatía, la soledad.


Pues la soledad es en nosotros una virtud, en cuanto constituye una inclinación y un impulso sublimes a la limpieza, los cuales adivinan que en el contacto entre hombre y hombre - “en sociedad” - las cosas tienen que ocurrir de una manera inevitablemente sucia. Toda comunidad nos hace de alguna manera, en algún lugar, alguna vez - “vulgares”.


Los que comprendan esto, serán nuestros oyentes. nuestros verdaderos oyentes, muestros oyentes predestinados: ¿qué importa el resto? - El resto es simplemente la humanidad.